American Psycho


Título original: American Psycho / Año: 2000 / País: Estados Unidos / Duración: 101 min / Director: Mary Harron / Guión: Mary Harron y Guinevere Turner basado en la novela de Bret Easton Ellis / Fotografía: Andrzej Sekula / Música: John Cale / Reparto: Christian Bale, Willem Dafoe, Jared Leto, Josh Lucas, Samantha Mathis, Matt Ross, Chloë Sevigny, Reese Witherspoon, Justin Theroux… / Sinopsis: En un mundo moralmente plano en el que la ropa tiene más sentido que la piel, Patrick Bateman es un espécimen casi perfecto que, como casi todos en su mundo, intenta encajar en su entorno. Cuanto más intenta ser como cualquier otro hombre adinerado de Wall Street, más anónimo se vuelve y menos control tiene sobre sus ideas y su insaciable sed de sangre, adentrándose en una vorágine en la que el alma humana es algo que debe ser acosado con cuchillos y hachas.

Ésta es una película que siempre me agrada ver y no precisamente por su componente terrorífico. Como film de terror es mediocre, pero como crítica social es fantástica. En ese sentido diría que me parece incluso una gran comedia, ya que “American psycho” me ha hecho reír (o al menos sonreír) mucho más que darme miedo. He de reconocer que no tuve ganas de seguir leyendo la novela de Bret Easton Ellis más allá del primer capítulo y que esta versión cinematográfica se me hace mucho más amena. Es curioso lo que salió de un proyecto formado por un guión basado en una obra polémica y difícil, realizado por una directora nada destacable e interpretado por unos actores o bien desconocidos (Bale) o venidos a menos (Dafoe). Tiene un ritmo ágil, muy ligero. Al principio esperas los toques terroríficos, pero luego va sumergiéndote en esa comedia satírica y extraña sin abandonar su atmósfera perturbadora en la que no se sabe qué esperar de un protagonista que parece ser un demente.

Ejemplo perfecto de esa mezcla es la impactante escena en la que todos los yuppies se enseñan sus tarjetas en esa especie de típico juego infantilmente masculino de “¿Quién la tiene más grande?”. La reacción del personaje de Bale es tan detalladamente obsesiva que llega a sorprender. Consigue ser incluso lírico en su demostración de admiración y envidia por la tarjeta de otro. Una escena enfermiza que define la película a la perfección en todos sus aspectos. La gran baza del film es la interpretación de Christian Bale, que desde entonces saltó a la fama (aunque llevaba en el mundillo desde muy pequeño –protagonizó “El imperio del sol” de Spielberg a los 13 años-). Desde entonces ha demostrado ser un actor de gran talento y versatilidad, con interpretaciones dignas de Oscar (hago mención especial a su papel en “El maquinista”). Pero creo que jamás ha estado tan bien encajado en un personaje como en el Patrick Bateman de “American Psycho”, que ha pasado a engordar la lista de psicópatas más famosos de la historia del cine.

Mary Harron dirige con buen pulso y contundencia. La ambientación está muy conseguida, apoyada por una banda sonora magnífica de temas imprescindibles de los ochenta (a veces la interpretación de Bale, sobre todo cuando baila, me recuerda por momentos al Phil Collins de «Sussudio», canción que también sale en la película). Es una crítica a una sociedad marcada por el consumo, la perfección, el individualismo, la moda, el poder banal… Por que los yuppies que se retratan en ésta película son eso, la crema de la banalidad. Individuos que viven hacia fuera y que al entrar en casa encuentran un vacío tan inmenso que cuesta digerirse con cordura. Y en ese punto es en el que ataca éste american psycho. Su confesión final es el colofón que ya nos adelanta con algunos guiños a lo largo del metraje, como en una de las escenas iniciales, mientras nos muestra su ritual higiénico y estético de cada mañana: “Aunque pueda ocultarte mi mirada fría, si me das la mano notarás que mi carne roza la tuya, e incluso quizá intuyas que es probable que tengamos estilos de vida parecidos, pero yo sencillamente no estoy”.

NOTA:

Acerca de Ángel Camargo
Este escritor y periodista titulado por la Universidad de Gales nació en Sevilla en 1985. Su trayectoria está íntimamente ligada al mundo del cine y la literatura siendo guionista freelance desde hace más de un lustro, además de colaborar en diversas webzines en calidad de crítico, así como en productoras cinematográficas y televisivas. Igualmente, ha trabajado como realizador, editor y productor de videoclips, documentales y cortometrajes. Ha cursado también estudios de postgrado en el campo del periodismo deportivo (CEA) y guión de cine y TV (USJ).

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