Avaricia
26 febrero, 2011 Deja un comentario
Título original: Greed/ Año: 1924 / País: Estados Unidos/ Duración: 140 min/ Director: Erich von Stroheim/ Guión: Erich von Stroheim / Fotografía: William Daniels & Ben Reynolds / Reparto: Zasu Pitts, Gibson Gowland, Jean Hersholt, Dale Fuller, Tempe Pigott, Sylvia Ashton, Chester Conklin, Joan Standing …/ Sinopsis: McTeage trabaja en una mina de oro en California, pero el maior deseo de su madre es que aprenda una profesión, por lo que en cuanto tiene la oportunidade envía a su hijo con un dentista para que adquiera los conocimientos necesarios de la profesión. Años más tarde consigue montar una consulta en San Francisco, y es ahí cuando por primeira vez siente deseos de satisfacer a una mujer al ver a una nueva paciente a la que tratará durante dos semanas. Tras confesarle a su amigo Marcus la atracción que siente por su prima, Trina, este decide llevar a McTeage a Oakland para que se conozcan mejor. Comienza así su romance, pero a Trina le toca lotería y su obsesión enfermiza por ahorrar llevará a la decadencia de McTeage y de su relación.
Cineasta, guionista y actor, Stroheim tuvo la suerte de formarse bajo la sombra de David Wark Griffith, el padre del cine moderno. Desde muy temprano, Stroheim fue seducido por la industria del cine que emergía en Estados Unidos a un ritmo vertiginoso, así las exploraciones de la construcción del relato que se llevaran a cabo anteriormente, entre ellas las de Griffith, fueron el detonante del inicio de su carrera como cineasta. En 1919 dirigió su primer film “Corazón olvidado”, pero tras finalizar “Esposas frívolas”, comenzaron sus problemas. Este film estaba pensado para ser exhibido en dos partes, pero el director de producción Irving Thalberg, le obligó a cortarla por la mitad y durante el rodaje de “Los amores de un príncipe”, Stroheim fue despedido, convirtiéndose en el primer director despedido da historia.
A pesar del despido, trabajó para la Goldwyn, quien le produjo “Avaricia” en 1923. Basada en “McTeage”, a novela de Frank Norris, Stroheim se planteó este film como una obra monumental, pero durante el inmenso rodaje, que duró más de 9 meses, más otros 6 de montaje, la Goldwyn se unió con la Metro Corporation, y el jefe que le había amargado tanto en Metro, Irving Thalberg, volvió a sabotearle de nuevo otro film. “Avaricia” se vio reducida de cuarenta y siete rollos a cuarenta y dos, pero esto no fue suficiente para Irving que de nuevo metió la tijera y la recortó hasta dejarla en veinticuatro rollos. Con el consentimiento del director, Rex Ingram, dejó la cinta en dieciocho, y posteriormente a las espaldas de Stroheim y con la supervisión de Irving, el montador June Mathis rebajó el film a dieciséis, que una vez más sería mutilada hasta quedarse en diez rollos. Se comprueba así que el afán de entretenimiento y espectáculo de los estudios, creando películas para vender más que de calidad, no es de ahora. No es de extrañar que Erich von Stroheim jamás quisiese ver el resultado de la mutilación de su obra.
Las películas de Stroheim se distinguen por ofrecer distintos retratos de la condición humana en su estado más decadente y perverso, pero no yéndose a lo fantástico, sino que están dotadas de un realismo inquietante. Esto sin duda caracteriza a “Avaricia”, un retrato crudo de la vida cotidiana de la burguesía norteamericana de la época, obsesionada hasta extremos nauseabundos por el dinero, uno de los retratos más devastadores de la condición humana. Pero el valor de esta gran obra no radica en este aspecto de denuncia, sino en la evolución de la decadencia de los personajes, en cómo sus aspiraciones y objetivos se van destruyendo hasta convertir su vida en el mismo inferno, y por otra banda alcanza un gran éxito gracias a la narrativa del relato, lleno de metáforas sensacionales y cargado de simbolismo.
La avaricia es un deseo incontrolable de placeres y posesiones, un deseo que traspasa los límites muchas veces de lo lícito, un pecado capital que en todas las sociedades y en todas las épocas fue demostrado como un vicio. La codicia, el afán excesivo de riquezas, lleva en muchos casos a la traición deliberada, la búsqueda y acumulación de dinero u objetos induce a los engaños, a la violencia, al robo, todas ellas acciones inspiradas por la avaricia. Este tercero pecado capital es lo que lleva a los protagonistas del film de Stroheim hacia la ruina y al fin de sus días.
Al inicio aparecen representados, el optimismo, los deseos y aspiraciones de los personajes, no es hasta que se cierra el círculo entre Trina, McTeage y Marcus, cuando aparece el conflicto del dinero, y desaparecen todos los buenos sentimientos para que cada uno de ellos saque a la luz su monstruo interior y lo peor de la naturaleza humana. La pasión enfermiza por las riquezas de Trina desplaza otros sentimientos como el amor que había surgido entre ella y McTeage, negándose a darle a su marido cinco centavos para el autobús cuando él está en busca de trabajo, hasta llega al punto de desplazar las necesidades fisiológicas, cuando teniendo dinero para vivir en buenas condiciones, comen carne podrida que no vale ni para los perros. El film non es una crítica del capitalismo, sino que está centrado en un sentido más antropológico, la obsesión por el dinero destroza muchas relaciones, tanto con los demás como con uno mismo.
Por otra banda aparecen representadas todas las consecuencias que tiene el ser avaro. Todos los engaños de Trina a McTeage, fingiendo no tener dinero y escondiendo los de la lotería, la violencia de McTeage desencadenada por la pasión enfermiza de ahorrar de su mujer, que le lleva a reclamarle su dinero y que culminará con los malos tratos y finalmente con el asesinato de ella, así como con el robo de la fortuna.
Además del dinero, podemos encontrar otro aspecto material, el de la mujer como objeto. Marcus pretendía que Trina fuese para él, pero cuando McTeage le confiesa sus sentimientos por ella, “Marcus se la cedió”. McTeage siente una desesperada necesidad de posesión de esa mujer desde el principio y no va parar hasta que por fin la consiga, es un deseo incontrolable. Algo que contrasta con los sentimientos de Trina, ya que en la noche de bodas siente un miedo atroz porque sabe que tendrá que cumplir sus funciones coma esposa, pero trata de retrasar ese momento lo máximo posible.
En el cine, llevar a cabo una buena metáfora es realmente complicado, algo que tan sólo los mejores cineastas de la historia del cine pudieron conseguir, y Stroheim es uno de ellos. No se podría hablar de “Avaricia” sin hacer referencia a las espectaculares metáforas, símiles y símbolos que Stroheim consigue crear.
La relación entre McTeage y los pájaros abre y cierra la obra, se establece ya desde el principio, cuando trabaja en la mina de oro y encuentra un pequeño pájaro que le fascina. Sin duda en este momento es un símbolo de esa necesidad del protagonista de tener una compañera a su lado. A medida que avanza el film, el símbolo del pájaro va evolucionando y adquiriendo nuevos significados. El regalo de boda de McTeage para Trina son dos pájaros que representan a cada uno de ellos, pero que a su vez reflejarán la situación de la pareja, desde su enamoramiento y respeto mutuo inicial, cuando aparece la imagen de los pájaros juntos apoyados uno en el otro, hasta las numerosas peleas, representadas con los picotazos de las aves. En estos momentos es donde entra en escena un gato que vigila continuamente a los pájaros enjaulados, y a través de un fundido de una elegancia magistral, Stroheim revela quien se encuentra detrás del felino, que no es otro que Marcus. Cuando el gato se abalanza sobre la jaula de los pájaros, el espectador sabe que algo malo va a ocurrir, es un símbolo de mal augurio, y efectivamente se comprueba cuando le retiran a McTeage la posibilidad de seguir ejerciendo como dentista por no poseer el título, sobra decir quién está detrás de todo esto. Tras el asesinato de Trina, sólo queda un pájaro que representa la soledad de McTeage, y cuando está a punto de morir en el desierto y libera al pájaro es como si fuese la liberación de su alma, algo de lo que el protagonista se da cuenta demasiado tarde, sólo le queda la muerte como alivio de su tragedia.
Otras de las magníficas metáforas del film, es la secuencia de la boda en la que, mientras la ceremonia se celebra en la casa, un entierro recorre las calles. Este contraste indica al espectador que esa unión entre los protagonistas no tendrá otro desenlace que no sea el de una tragedia atroz.
Y por supuesto la gran metáfora final con la que se nos da una lección que ya tendría que estar más que aprendida, en el desierto con la muerte del protagonista cerca, una de las últimas imágenes que contemplarán sus ojos y los del espectador es la de la bolsa de los 5.000 dólares con los que escapó está rota, cuantas veces no se ha dicho que “la avaricia rompe el saco”.
Sin duda uno de los logros más destacables de “Avaricia” es la inclusión de un western e un film que para nada tiene relación con ese género, con las secuencias finales del Valle de la Muerte, Stroheim es capaz de recrear una persecución típica de los westerns americanos, algo que requirió mucho esfuerzo debido a las numerosas dificultades con las que se encontraron a la hora de rodarlas, como por ejemplo el rondar temperaturas de 60 grados centígrados.
De este modo, Erich von Stroheim realizaba así una irónica y trágica película, una de las leyendas del cine mudo, que al mismo tiempo que destaca por su belleza también lo hace por su atrocidad. Un film que nos enseña una gran lección y que nos recuerda que “no hay nadie peor que el avaro consigo mismo, y ese es el justo pago de su maldad”.